Zona de satifacciónAl final de un proceso de cambio hay que hacer una valoración para saber si hemos obtenido lo que habíamos previsto en el inicio del plan. Y vamos a tener que medirlo en todos los aspectos: mejora de procesos, más valor añadido en nuestras operaciones, más competitivos…, pero también lo más importante: ¿hemos disfrutado en el camino?, ¿las personas han crecido profesionalmente y personalmente?, ¿hacen su trabajo de manera más fácil?, ¿hemos creado la maestría en cada tarea?, ¿las personas están más motivadas?, en definitiva ¿son más felices?

Una vez analizado el proceso y compartido con todos los miembros de la organización podremos saber hasta donde hemos llegado y si ha valido la pena el esfuerzo. Y si finalmente es así hay que dejar un tiempo para celebrarlo. Todas las personas deben sentirse orgullosas de los logros obtenidos y todos por igual deben sentirse cómplices de la nueva situación. Si alguien se ha quedado en el camino y no hemos sido capaces de encontrar una solución digna el éxito no será completo.

Después de un esfuerzo y de obtener los resultados deseados no hay duda de que la gente además de orgullosa se sentirá motivada. Hay que ser muy hábiles para gestionar este estado de “gracia”.

Tenemos que se capaces de agradecer e incentivar los esfuerzos con un sistema justo, trasparente y equitativo. Dejar el tiempo suficiente para disfrutar de lo que se ha conseguido y buscar la manera de seguir avanzando y mejorando. Tenemos que ser muy cautos para que no parezca que lo que se ha conseguido no es suficiente ante nuestro afán de conseguir más. El nuevo ritmo también tiene que ser compartido por todos.

Cualquier cambio implica nuevos valores en la cultura de la organización. Hay que dejar el tiempo suficiente y no empezar nuevos proyectos si no se tiene la evidencia de que todas las personas se han integrado en la nueva cultura.

El objetivo final será además de cumplir con el plan diseñado, mantener un entorno de aprendizaje y crecimiento para las personas y que cada cual se sienta indispensable y pueda desarrollar la excelencia profesional en sus tareas. En definitiva, compartir los logros, celebrar los objetivos conseguidos y haber mejorado el entorno laboral para disfrutar y divertirse.